Juan Pablo Oclassen
Junior de Barranquilla permanece en el grupo de los ocho porque el Deportivo Independiente Medellín perdió con el Pereira. También porque Independiente Santa Fe no pudo ante Millonarios ayer. Por esa razón, el cuadro de Hernán Darío Gómez goza de estar en el puesto ocho y en zona directa de clasificación a los cuadrangulares. Pero no puede resbalar más de aquí a la culminación del campeonato colombiano del primer semestre del 2023.
Los barranquilleros perdieron 2-0 ante Once Caldas, el sábado 6 de mayo. Una inexplicable caída del tiburón ante el último del certamen. Contra un cuadro manizaleño que venía en su peor situación histórica, al borde de estar comprometido con el descenso, pero revivió u obtuvo esperanza con ese triunfo vs. Junior. Los goles de Dayro Moreno y Fayner Torijano sentenciaron otra derrota para el rojiblanco en la Liga BetPlay, la sexta para continuar con 24 puntos.
El saldo del conjunto atlanticense es preocupante en demasía. Seis triunfos, seis derrotas y seis empates. De eso se puede inferir la irregularidad que tiene un campeonato como el colombiano. Un club con esas estadísticas puede competir por el título, solo necesitará enlazar dos triunfos más y estará «listo para la foto», como se dice coloquialmente. Pero también podría padecer la eliminación si no corrige ciertas cosas.
Junior de Barranquilla y los penales
Por ejemplo, el cobro de los penales es un asunto pendiente en el Junior. Falló dos penales recientemente, uno para la victoria frente a Boyacá Chicó y otro el sábado ante Once Caldas para el empate que le hubiera dado otro aire en el partido. Luis Sandoval y Leider Berrío fueron los que erraron esas oportunidades. Y es que el miedo de Junior de Barranquilla pasa por los cobradores de penales, no tienen un especialista dentro del terreno. Viera no ha vuelto, Quintero tampoco, Cariaco no es titular y los que quedan no generan confianza.