Andrea Caro
Rafa Nadal firmó su paso a su sexta final del Abierto de Australia y camino a su 21ª Grand Slam, derrotando al italiano Matteo Berrettini.
“Para mí es un éxito especialmente emocionante, quizá más que algún título de Grand Slam por lo inesperado que es todo y por todo lo que hemos pasado en estos últimos meses”.
Después de seis meses de inactividad por lesión crónica en el pie izquierdo. Nadal agradeció a la vida por este tipo de oportunidades, que está disfrutando al máximo sin pensar en el futuro, además, agradeció a los fanáticos por el apoyo incondicional.
“Llevo un escaso tiempo en pista, a nivel físico me voy cansando y me ha costado mantener la intensidad de los dos primeros sets. No estoy acostumbrado a este ritmo. Son muchos años de experiencia y aquí, después de nueve partidos ganados, la rapidez mental vuelve, y los automatismos. Estaba jugando a un nivel muy alto al principio, con una adrenalina muy alta moviéndole muy bien”.
Asimismo, aseguró que no sabe si será el último Grand Slam, por lo que se jugará todo por el todo; sin embargo, dijo que, aunque sería bonito e importante, no le cambiará la vida si lo llega ganar y derrotar a Daniil Medvedev.
“No sé si va a ser el último. Hace poco tiempo parecía que no habría otra oportunidad. Yo entiendo que estás con el tema de ser el mejor de la historia, pero, aunque lo gane no significará que lo vaya a ser”.
Por otro lado, sentenció que tendrá el rival más difícil posible del cuadro , el número dos del mundo con posibilidad de ser el número uno, si llega a ganar el primer Grand Slam del año.
“Estos jugadores son el presente y los que van a marcar el ritmo del circuito en los próximos años por el cambio natural que tiene la vida. Tengo que sacar lo mejor para darme alguna opción”.