Luis Lora
El fútbol femenino está experimentando un notable crecimiento a nivel mundial, consolidándose cada vez más como una disciplina con voz propia. Obviamente estos se debe a los esfuerzos de la FIFA de integrar a todos a practicar el deporte más famoso del mundo. Sin embargo hubo una práctica realizada por orden del ente regidor del fútbol que causa asombro y repudio en el mundo.
Es cierto que hay avances, pero el fútbol femenino aún enfrenta importantes desafíos, siendo las denuncias de abusos sexuales y discriminación algunos de los problemas recurrentes. Recientemente, Nilla Fischer, exjugadora internacional de la Selección de Suecia, ha tomado la palabra para compartir una impactante revelación en su libro. Según sus declaraciones, ella y sus compañeras se vieron obligadas a someterse a exámenes genitales realizados por el cuerpo médico para poder participar en la Copa Mundial de 2011. Estas pruebas también incluyeron la verificación de su identidad de género.
«Nos dijeron que no deberíamos afeitarnos ‘ahí abajo’ en los próximos días y que le mostráramos nuestros genitales al médico. Nadie entiende lo de afeitarse, pero hicimos lo que nos dijeron. Pensamos, ¿cómo llegamos a esto? ¿Por qué nos vemos obligadas a hacer esto ahora?» Comentó la exjugadora sueca.
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Fischer también explicó la forma en que se desde la federación sueca confirmaron su género, pero las órdenes fueron de la FIFA. «Me bajé los pantalones de entrenamiento y la ropa interior al mismo tiempo. El fisio asintió y dijo ‘sí’, y luego miró al médico que estaba de espaldas a mí. Tomó nota y avanzó para llamar a la puerta de al lado».
¿Por qué esta decisión de la FIFA?
Para el año de 2011 la selección de Guinea Ecuatorial estuvo inmersa en un escándalo respecto a algo relacionado con el género. Entonces la FIFA en vista de eso cambió sus políticas de verificación de género y por ellos las jugadoras fueron sometidas a esa invasión de la privacidad.
Estos hechos ponen de manifiesto las dificultades y violaciones a las que se enfrentan las futbolistas, incluso en los niveles más altos de la competición. Es crucial que se tomen medidas contundentes para erradicar estas prácticas invasivas y promover un entorno más seguro y equitativo para todas las mujeres en el fútbol.