Adrián Barcasnegras
Aunque ya el Fútbol Club Barcelona gastó 153 millones en las incorporaciones de Robert Lewandowski, Raphinha y Jules Koundé, el conjunto blaugrana tenía el deseo de contar con otro jugador más: César Azpilicueta. El español era una de la prioridades, pero dijo que no por varias razones.
El exjugador del Olympique de Marsella y actual capitán del Chelsea es una institución para el club. Con la actual, ya son 10 temporadas vistiendo la camiseta del conjunto blue. Desde el adiós de Frank Lampard, se convirtió en el líder del equipo y la directiva no iba a dejarlo ir fácilmente.
Pese a que hubo un cambio en la dirigencia y ahora es Todd Boehly el mandamás del club, el nuevo dueño quiso mantener las cosas por el mismo camino y para eso debían seguir con el capitán del barco. El mismo César Azpilicueta explicó cómo intentaron convencerlo.
“Los nuevos propietarios querían que me quedara aquí para dirigir al equipo tanto dentro como fuera del campo. Les estoy muy agradecido. Fueron muy honestos y transparentes desde el primer día. Sentí la responsabilidad de quedarme aquí en mi casa«, dijo César Azpilicueta.
El lateral derecho contó que sí hubo conversaciones con Barcelona y sí quiso ir al conjunto culé, pero distintas cuestiones hicieron que renovara. Además del apoyo de los propietarios, la forma de actuar de Barcelona también tuvo que ver.
Azpilicueta dijo que después de ganar el Mundial de Clubes, su idea era dejar el equipo. Desde ese momento, se convirtió en el único futbolista en ganar todos los trofeos con el equipo azul y sintió que era momento de volver a España.
Barcelona estaba en el primer lugar para llevárselo, pero tardaron demasiado y el defensor prefirió seguir siéndole fiel al club de Stamford Bridge. Ahora tiene contrato hasta 2024 y Barcelona deberá buscar otro nombre.