Juan Camilo León
Una final de infarto se vivió en el Iconic Stadium de Lusail entre Argentina y Francia. Cuando todo parecía estar definido para el combinado ‘albiceleste’, Kylian Mbappé dijo ‘presente’ en Catar.
El compromiso inició con el conjunto de Scaloni al mando, logrando la ventaja inicial con un cobro de pena máxima ejecutado por Lionel Messi. Así, todo era felicidad para el elenco sudamericano, que posteriormente aprovechó para marcar el 2 por 0 en el 36 de juego.
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El segundo tiempo estaba siendo un reflejo de la primera mitad, aunque el resultado se mantenía. Mientras Argentina tenía el dominio total del esférico y las jugadas de peligro, llegaría una acción que despertó a la furia francesa.
Nico Otamendi sería el encargado de derribar al ingresado Kolo Muani, quien le ganó en velocidad a su rival y se dejó caer en el área. Como era de esperarse, el encargado de tomar el esférico fue Kylian Mbappé y, con un potente derechazo, logró descontar el marcador 2-1.
No pasaron ni siquiera dos minutos antes de que el mismo delantero del París Saint-Germain volviera a celebrar en Lusail. Una desatención en la defensa ‘gaucha’ fue suficiente para que Mbappé recibiera la asistencia aérea de Marcus Thuram y venciera el arco de Dibu Martínez con una media volea entrando en el área.
Finalmente, los 90 minutos reglamentarios culminarían con el empate 2 por 2, obligando al encuentro a irse al alargue.