Lucas Mathieu
Con el cierre definitivo del mercado de fichajes, el mundo del fútbol reorganizó sus fichas. Varios jugadores tomaron rumbos inesperados en tiempos insospechados, mientras que el nombre de James Rodríguez quedó vagando como alma en pena.
El mediocampista colombiano guardaba la ilusión de salir pronto del fútbol de Catar. Su club, Al-Rayyan, empezó a ser un problema para el cafetero, en el sentido de que ya no quería estar allí. Por su parte, la afición tampoco lo soporta más.
Bajo esas premisas, James Rodríguez inició el verano con la ilusión de regresar a Europa. Creyendo que su pasado le serviría de colchón para grandes clubes, parece ser que la oferta del Botafogo, en Brasil, le pareció muy pequeña.
James Rodríguez se ofreció y lo ignoraron
Así mismo, un acercamiento con la Roma de José Mourinho quedó en la nada absoluta. El tiempo pasaba y James Rodríguez quedó sin ofertas serias. Por esa razón, decidió ofrecerse al Valencia en medio de un streaming con ‘El Chiringuito’.
Sin embargo, desde Mestalla no prestaron atención a sus palabras y terminó haciendo un ridículo internacional. En su momento, el cafetero aseguró que «si necesitan a alguien para que le ponga pases a Cavani, aquí estoy yo”, haciendo alusión al nuevo fichaje del uruguayo.
Nada de eso surtió efecto, hasta que un último viento le inyectó oxígeno esperanzador. Desde Turquía se gestó todo un rumor que lo ubicó en el Galatasaray. Varios periodistas de aquel país de atrevieron a informar que lo de Rodríguez era un hecho, pero nada estuvo más alejado de la realidad.
La verdadera realidad del colombiano
Mientras se hablaba de James en Galatasaray, desde Al-Rayyan lo convocaban para un partido oficial. Y sumó minutos. De esa manera, el colombiano perdió toda oportunidad de regresar a Europa y terminó estancado en el club de pertenencia. Por su parte, la afición Catarí lo quiere ver lejos.
La manera de que el cucuteño pueda explotar nuevamente será en la selección Colombia. Resta ver si Néstor Lorenzo se atreve a convocarlo en los nuevos procesos que encabeza con el combinado ‘Tricolor’.
De no ser así, podríamos decir que es el inicio del ocaso de quien alguna vez fue goleador de un Mundial, ganador del Puskás y portador de la legendaria camiseta número 10 del Real Madrid.