Juan Pablo Oclassen
Si un jugador rindió durante la temporada pasada en el Fútbol Club Barcelona fue Pierre Emerick Aubameyang. Llegó y anotó 11 goles en 17 juegos por LaLiga y dos por la Europa League en seis compromisos. Buenos números para el gabonés en un momento de crisis y después de tener pocos minutos en su último tiempo con Mikel Arteta en el Arsenal Football Club. Ahora, el ataque de Xavi Hernández se sobrepobló como ningún otro en el balompié español. De grandes problemas, el catalán pasó a tener una buena pretemporada y tener que tomar decisiones. Algunos tendrán que salir.
Ni el más creyente imaginó que Ousmane Dembélé renovara, que llegara Raphinha en un mismo mercado que Robert Lewandowski. Pero no solo eso, todos la descosieron durante los preparativos para el inicio de LaLiga. El francés no paró de hacer golazos, la Juventus lo sufrió en Dallas. Y el brasileño se estrenó con un tanto ante Inter de Miami, además del excelso gol contra el Real Madrid en Las Vegas, Nevada. Una locura. La debacle ante el Frankfurt detonó la furia de Laporta e hizo lo posible por armar el mejor equipo; vaya que lo tiene.
Chelsea obliga al Barcelona a una decisión
Ya se quedaron con el jugador que más quería Chelsea durante todo el verano. Además, el danés Andreas Christensen se negó a renovar para ponerse al servicio de Xavi. Ahora, las condiciones las pondrá la dirigencia comandada por el estadounidense Todd Boehly. La nueva cara visible del club londinense, tras la obligada venta por el conflicto ruso-ucraniano, no quiere perder más con Joan Laporta. Pidió el traspaso de Aubameyang, pero también querría a Memphis Depay, un jugador que sí pensaba dejar ir el conjunto culé.
Hernández tiene una obsesión por tener dos futbolistas por posición y por eso desea a los españoles Marcos Alonso y César Azpilicueta. A este último lo conoce bien, compartieron en la selección española escasos momentos, pero lo ha visto triunfar en el Chelsea. Habrá que ver cómo resuelven la situación ambos clubes, los españoles terminan contrato en el 2023 y su valor de mercado es más bajo que el de los delanteros. 12 y 9 millones de euros, respectivamente. Mientras que Depay cuesta 35 millones, pero arribó libre el año pasado; y está en 15 ‘kilos’ según Transfermarkt.