Juan Camilo León
Finalmente llegó. El decisivo partido entre el Liverpool y el Manchester City que definiría el líder de la Premier League se disputó en el Etihad Stadium ante miles de aficionados ‘blues’.
El encuentro inició como era de esperarse. Ninguno de los dos equipos decepcionaron y, en menos de un cuarto de hora, el partido ya iba 1 a 1. El encargado de abrir el marcador fue Kevin De Bruyne.
El mediocampista belga recibió un balón en el balcón del área y no lo pensó dos veces para rematar hacia la portería defendida por Alisson. Para mala fortuna de los ‘reds’, el disparo se desvió en un jugador del Liverpool y esta acción desencadenó el primero del partido.
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Sin embargo, el encuentro era de ida y vuelta. El peligro estaba latente en ambas áreas y se sabía que no sería un partido de pocos goles.
Tan solo ocho minutos después del primer tanto de De Bruyne, Diogo Jota dijo presente en el marcador. El delantero aprovechó una asistencia clara de cabeza, proveniente de Alexander-Arnold, para mandar el derechazo con libertad y celebrar el empate 1 por 1.
Aunque el Manchester City tuvo varias oportunidades de ampliar el marcador con algunas ocasiones erradas de Raheem Sterling, el Liverpool también estuvo bastante cerca del 2-1.
Una acción protagonizada por el portero Ederson generó la inquietud entre los hinchas citizens que le reclamaban al guardameta por no rechazar el esférico. El arquero intentó amagar a Diogo Jota sobre la línea de la portería y, por poco, el delantero logra empujar ese balón.
Finalmente, Gabriel Jesús aprovecharía su oportunidad en el cierre de la primera mitad para darle la ventaja parcial al Manchester City previo al descanso. El partido finalizó con un vibrante 2-2 que deja abierta la pelea por el título.