Pese a lo ocurrido ayer en Barranquilla durante en la previa y durante el juego entre Junior F.C y River Plate, la Conmebol y la Alcaldía de Barranquilla no han notificado la suspensión del juego programado para hoy, también en el Romelio Martínez, entre América de Cali y Atlético Mineiro, por el Grupo H de la Copa Libertadores. 

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Por medio de la transmisión internacional de ESPN se pudo evidenciar que el juego de ayer entre argentinos y colombianos, se disputó en paralelo a los disturbios protagonizados por la Policía y los manifestantes.

Para hoy, se dieron a conocer las convocatorias para un plantón por parte los manifestantes barranquilleros, con el fin de alzar su voz en protesta y pedir respeto por la situación de crisis política-social que atraviesa Colombia. 

La decisión está en manos de la Conmebol, entidad que, según el presidente del América de Cali, Tulio Gómez, estaría presionando para que los partidos se jueguen pese a la realidad que afronta el país. Además, es la misma asociación de federaciones de fútbol que permitió que los jugadores de Junior y River Plate, además de los árbitros y delegaciones, ser víctimas de los gases lacrimógenos con los que la fuerza pública reprimía, durante varias horas, la protesta social. 

Para dar un antecedente histórico de un país latinoamericano que respetó la protesta social y suspendió el fútbol, solo hay que remontarse al estallido social de Chile en el 2019, que logró derrocar la Constitución Política que venía desde la época de la dictadura del militar Augusto Pinochet. 

Hace dos años en Chile, se suspendió el campeonato durante seis jornadas hasta que se terminó declarando un campeón por votación, con un resultado de 42 a 3 entre clubes de primera, segunda y tercera división, a la Universidad Católica. Parece ser que en Colombia no desestimarán el fútbol, ni la poco querida Copa América durante la problemática actual.