Adrián Barcasnegras
Barcelona no pudo pasar del empate sin goles ante Galatasaray. La ida de los octavos de final se fue sin goles, un resultado que pinta una sonrisa en los turcos y deja preocupada a la escuadra de Xavi Hernández.
Barcelona sintió la diferencia al arrancar con un once alternativo. Titulares frecuentes como Gerard Piqué, Sergio Busquets y Pierre-Emerick Aubameyang iniciaron en el banco de suplentes y el equipo no fue el mismo de los últimos partidos.
En el segundo tiempo, los tres ingresaron junto a Ousmane Dembélé. El equipo mejoró y se acercó con mayor frecuencia al arco rival, pero resultó imposible quebrar la resistencia del portero Iñaki Peña. En los últimos diez minutos de partido, ingresó Luuk de Jong. Xavi Hernández utilizó su última carta e intentó ganarlo desde arriba, pero tampoco se pudo.
La intención de la escuadra blaugrana fue darle descanso a algunos jugadores que venían jugando con frecuencia. Al mismo tiempo, otorgarle minutos a hombres como Memphis Depay y Nico González, pero no resultó de la manera esperada.
Galatasaray plantó un bloque seguro y apostó al cero en su arco. Lo hicieron de la menta perfecta y se llevaron de España un resultado que los hace creer que la clasificación que, aunque no son nada favoritos, es posible.
Barcelona no la tiene fácil para la vuelta ante Galatasaray
En Estambul, Galatasaray suele hacerse fuerte, es por esto que extrañó que la dirección técnica de Barcelona no se haya lanzado a ganar el partido en el Camp Nou desde el minuto 1.
Ahora, Barcelona se deberá preparar para enfrentar al siempre difícil y rocoso Osasuna. Tras ese partido, el 17 de marzo, se definirá la serie en el estadio de Galatasaray, que siempre tiene una atmósfera que causa terror a los rivales. El equipo catalán es favorito, pero en 90 minutos puede ocurrir cualquier cosa.