Juan Pablo Oclassen
Deportivo Cali acaba de pasar por una de las penas deportivas más grandes de su historia. Perdió ante América de Cali, clásico rival, en su estadio y contra un equipo que tuvo nueve jugadores por más de 45 minutos. Este lunes, se supo de otro traspié. La dirigencia habría prestado el estadio para que la hinchada popular fotografiara banderas robadas a su similar del Independiente Medellín.
Por unos días en los que se vivieron hechos de violencia durante el partido entre Querétaro y Atlas por la Liga MX, en el Estadio Corregidora, prestar un escenario para hacer ese tipo de cosas va en contravía del mensaje que se debería llevar: paz en los estadios de fútbol. El FPC no está exento de los hechos de violencia en los escenarios de nuestro balompié, incluso, hace poco hubo un enfrentamiento en plena Sierra Nevada de Santa Marta.
El hecho se dio a conocer a través de redes sociales y, de inmediato, se reprochó lo sucedido en el Palmaseca. “Como si lo que pasó el sábado no hubiese sido una de las vergüenzas más grandes de nuestra historia, hoy la junta directiva le prestó el estadio a la barra para que le tomara fotos a unos trapos robados. Todo lo hacen mal esos miserables”, escribió en Twitter un hincha del Deportivo Cali.
En la misma publicación, otros usuarios reprocharon el acto de dejar entrar a la hinchada para provocar a los barrista del Deportivo Independiente Medellín. Es sabido que ambos clubes tienen un rivalidad por muchos enfrentamientos en finales y etapas cruciales. Incluso, un seguidor del fútbol colombiano comparó esta situación con lo ocurrido en México el sábado pasado: “Por estás cosas es que pasa lo que pasó en México”.
Otro seguidor del Cali respondió: “Como hincha del Deportivo Cali, les pido perdón por nuestra nefasta junta directiva y sus barras bravas, siento pena ajena. No quiero ver una tragedia aquí en Cali como la de Querétaro en México”.