Junior Castillo
Fecha 21 de la Premier League. Manchester United recibió en Old Trafford al Wolverhampton. Los dueños de casa, con la obligación de ganar y treparse a puestos de competiciones europeas. Los visitantes, con la ilusión de poder dar el golpe y firmar una noche inolvidable. Esto último fue lo que finalmente ocurrió. El Wolves se quedó con el encuentro 0-1.
El único tanto del compromiso llegó a los 82 minutos del tiempo global. La jugada inició desde el mediocampo con una pelota abierta a Adama Traoré. El atacante desbordó por banda derecha, tiró el centro, despejó la defensa del Manchester United con tan mala suerte que derivó en la posición de João Moutinho. El portugués la acomodó de pierna derecha y desenfundó un latigazo hacia el poste derecho custodiado por de Gea.
Más allá de los intentos que hizo el conjunto visitante en el primer tiempo, el fútbol y la insistencia terminaron dándole la ventaja final en la etapa complementaria. En un contexto bastante contradictorio, porque fue en los segundos 45 minutos donde el Manchester se hizo fuerte y emparejó el trámite.
Con este resultado, Manchester United se queda en la séptima posición con 31 puntos. Su vencedor, Wolves, se sitúa detrás de los ‘Reds Devils’ con 28 unidades. Los dirigidos por Rangnick deben dos partidos para ponerse al día. Con esos 6 puntos en disputa se pueden trepar en la tabla, pero hoy dejaron pasar un tren importante para ascender en la puja por los puestos de Champions.